El viernes 17 de marzo, fueron llegando desde los colegios de Atenas (Astorga), Esparta (Lourdes), Ítaca (Burgos) y Tebas (La Salle Valladolid) a la sede de este año de Olimpia (Palencia) los diferentes grupos representantes de esa ciudad.
Autólico, Ariadna, Príamo e Hipólita fueron los encargados de recibirlos y enseñarles la ciudad de Olimpia, así como las diferentes zonas com el Filipeo o el Cládeo, por las que se desarrollarían los Juegos, entrenamientos y ratos de convivencia.
La bienvenida oficial arrancó con un gran desfile de los colegios, entre pancartas y banderas reflejando los rasgos característicos de cada grupo (el nombre, una anécdota…). Entre aplausos y la ayuda de los griegos, así como del reportero dicharachero, llegamos a un momento muy muy especial. La oscuridad y el silencio de las 300 personas que allí estábamos espectantes fuimos protagonistas de la encendida de la llama olímpica, de la luz que nos acompaña y que nos mantiene unidos. ¡Fue un momento verdaderamente espectacular!
Cansados de nuestros viajes…fuimos a repostar con la cena y a terminar de saludar a quien tantas ganas teníamos desde Bujedo. Pero…En este rato, despistados…algo ocurrió. ¡¡Robaron la llama olímpica!! ¡¡Se han llevado la luz!!
Nos juntamos por cursos para descubrir quién había sido a través de unas pistas y, al ladrón, ¡manos arriba! El egoísmo, se había adueñado de ella. Todas esas veces en las que nuestro «yo» incluso en un juego cooperativo está por encima de los demás, o cuando dejamos a alguien de nuestro grupo a un lado porque no nos cae bien.
En un clima ya de calma, escuchamos una canción celebrando y recogiendo el día que hoy habíamos vivido y preparando el siguiente.
¡Aaarriba! Al son de la música, amanecíamos listos para iniciar un entrenamiento grupal que nos ayudase a conocernos un poco más, así como conocer a las personas con las que pasaríamos el resto de mañana. Una medalla con las cualidades de cada uno, un diploma entregando lo mejor de mi grupo, una Haka que nos diese pertenencia o una cinta de pelo con nuestro nombre y el del grupo, fueron algunas de las paradas antes del Decathlon.
Conociendo lugares representativos de la ciudad de Palencia, se iban realizando diversas pruebas deportivas…verdaderamente atléticas, de las olimpiadas originarias: como el Bottle Challenge, el lanzamiento de cabeza o lanzamiento de nuestros pesos.
A la llegada al colegio, esperaban unos trozos de pizza que iban marcando el final de este Encuentro de Descubrimiento 2017. ¡No sin antes tener un rato de celebración todos juntos recogiendo este día y medio y presentando el verano!
La entrega de la pulsera de Salle Joven junto con la canción «Como una luz», nos envíaban de nuevo a nuestras casas recordando que hay algo que nos mantiene unidos y que quienes estuvimos bien lo sabemos ;D
¡Nos vemos en Bujedo!